viernes, 11 de julio de 2008

Es yunguyo un pueblo de tradiciones o nada que ver

Y otra vez aquí, después de terminar algunos de mis periplos por los caminos del alcohol, regreso para compartir ideas con mis paisanos. Espero que comenten alguito esta vez.......................y sino se pueden ir a la mismísima.

Bueno estuve pensando en escribir o no lo acerca de las tradiciones de nuestro pueblo, pero si no lo hice antes fue quizá por el minúsculo respeto que me inspiraban mis paisanos, pero pesándolo un poquito mejor, llegue a la conclusión que no me interesa, en fin aquí va.

En cierta ocasión siendo un moco tejte, estaba dirigiéndome hacia las aulas del centro base a recibir las enseñanzas de un alcohólico profesor de primaria que a decir verdades tenia cierta empatía con sus alumnos y dentro de sus razonamientos etílicos, impartía cierta sabiduría, que para niños de 7 y 8 años eran los suficientes. Bueno ese día me dirigía alegremente hacia la escuela, y como era costumbre tenia que cruzar la plaza de armas, fue ahí que tuve el primer contacto con lo que mas adelante seria la fiesta del tata pancho. Bueno como les comentaba subía por la calle Alfonso Ugarte (creo que se llama) y un estruendo sonoro me hizo acelerar el paso, alimentado por mi curiosidad infantil, ingrese a la plaza y vi que una gran cantidad de personas llegaban en una interminable fila de buses y automóviles, gentes de todas las edades y condiciones sociales; y por otro lado, bandas de obesos músicos interpretaban melodías cadenciosas que inundaban nuestra solemne plaza, convirtiéndola en una especie de mercado festivo.

Ppara variar esa mañana llegue un poquitín tarde, per no tuvo ninguna relevancia porque nuestro sabio profesor llego un poco mas tarde que todos nosotros y con un aliento alcohólico pronunciado, las clases en esa ocasión duraron 2 horas menos que de costumbre, ya que todos teníamos mas la mente en lo que pasaba en el corazón del pueblo, que lo que nuestro alcoholizado profesor podría impartirnos esa mañana. Fue así que al dar las 12 del día sonó el silbato de nuestro recordado portero, indicando la hora de salida, fue el fin de día mas desordenado del que pueda recordar en mis escasos años en el centro base; pero fue así que una ola gris inundo la plaza, donde niños y niñas de distintas edades se agrupaban rodeando a las numerosas bandas de músicos que para esa hora se habían multiplicado.

Vuelvo a recalcar que esa fue el primer encuentro que tuve con quizá la mas grande tradición de nuestro pueblo. Todo esto mas adelante cambio radicalmente, ya que al día siguiente no hubo clases pero todo el pueblo se lleno de música y un espantoso olor a cerveza y orina. Y las personas que el día anterior llegaban alegremente hoy se encontraban con cara de cansancio y con halito alcohólico increíble, vestidos con trajes multicolores eso si, que vestían orgullosamente; fue ahí también que me pregunte por primera vez de donde venían todas esas tradiciones que orgullosamente y religiosamente cumplían todos los yungueños.

Mas adelante me vine a enterar que todos los trajes y bailes que allí se vestían e interpretaban no pertenecían a las costumbres de los yunguyeños, sino que en realidad solamente eran copiados de las tradiciones bolivianas, e incorporadas en las mentes de los pobladores que ingenuamente los asimilaban, por supuesto que esta asimilación conllevaba una serie de vicios tanto en concepto como en forma. Digo esto porque en realidad el concepto bajo los cuales se originaron estas tradiciones bolivianas corresponden a la idiosincrasia propia de los pobladores del alto Perú, y formalmente existía y existe una distorsión mucho mas llamativa, ya que ahora en el tiempo de las comunicaciones es mas fácil darse cuenta, o acaso, es igual el carnaval de Oruro con la fiesta de tata pancho, o es igual una china tarijeña, comparada con una lindísima china yunguyeña, las diferencias saltan a la vista, es malo decirlo, pero en realidad todo esto hace suponer que los yunguyeños no tenemos tradiciones propias, sino que cual pueblo sin identidad busca otras tradiciones para hacerlas suyas.

Acaso no somos un pueblo aymara con tradiciones y bailes dignos de destacar, o es que en realidad estas tradiciones no están a la altura de los renegados yunguyeños. Es fácil darse también cuenta que el yunguyeño detesta ser descendiente de aymaras, ya que a cada instante trata de resaltar la escasa sangre española en desmedro de la abundante sangre aymara que recorre su torrente sanguíneo, es una utopía yo se, pensar que una comparsa de bailarines del tata pancho se atreva a desfilar el 10 de octubre un baile netamente aymara, simplemente porque a los yunguyeños les apesta ser yunguyeños aymaras. la mas grande cojudez y estupidez de los seres humanos, al negar sus tradiciones y asimilar otras simplemente niegan su sangre y sus raíces

EN CONCLUSION YUNGUYO ES TIERRA DE GENTE CON TRADICION, PERO QUE RENIEGA DE SUS RAICES,

LA MORENADA, DIABLADA Y CUANTO BAILECILLO CHURRUPACO SE INTERPRETE EN YUNGUYO, ENTIENDANLO BIEN ES BOLIVIANO.... BOLIVIANO Y NO YUNGUYEñO.

Se que esto entra por una oreja y sale por otra...........................ojala compartan algo de esto y sino..........váyanse al titiCACA.

SIEMPRE SON RESPETO SU AMIGO

PANFILO

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