martes, 7 de diciembre de 2010

Capitulo ONE punto UNO


Cuando la crisis toco la oficina, se presentaron distintas situaciones tanto a nivel laboral como a nivel de interrelaciones personales; el día que al guatón Paolo se le ocurrió traer binoculares para saciar sus conocidas dotes de boyerista, fue el punto exacto para que todos nosotros hiciéramos nuestras primeras incursiones en las vidas de los habitantes de los departamentos de enfrente y los diversos edificios de oficinas, que a través de nuestras ventanas pudiesen ser intruseadas.

Fue así que una de esas tantas mañanas descubrimos que a la señora del piso 14 le gustaba desplazarse diariamente de su habitación hacia el baño cubierta tan solo de una blanquida toalla que envolvía su larga cabellera, y posteriormente pasearse de la misma manera luego de una reponedora ducha mientras maquillaba su tes clara y peinaba su lánguida cabellera. Los siguientes días la reunión en torno a nuestro obeso compañero de labores era ya casi obligatoria, y ante la larga demanda por el dichoso aparato larga vistas en los primeros días, se dio paso a la llegada de objetos similares traídos por los distintos curiosos que pocos a poco fueron dispersándose y posesionándose en las diversas ventanas que tuviesen a la vista al dichoso departamento.
Era todo un acontecimiento que hacia que la falta de trabajo fuese un poco mas llevadera, por lo menos los primeros días ya que al pasar los días, la rutina que nuestra observada tenía, hizo que el mirarla, se tornase aburrida, hasta que pasado un par de semanas, el espectáculo iba careciendo de espectadores. Tan solo el guatón Paolo era fiel al espectáculo que en su debido minuto el había hecho publico. Es así que pasaban los días y de una manera casi rutinaria, a eso de las 10 de la mañana, se veía a Paolo, ver a través de la ventana, a la musa que alegraba sus mañanas.

Yo tan solo miraba y te veía pasar, de norte a sur cruzando la vereda.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Capitulo ONE

Los días solían transcurrir lentamente, ya que a través de la ventana todo se veía distinto, a eso de las 10 era ya clásico que a través del teléfono comunicasen que había llegado el señor de los sandwichs,y así uno a uno iban haciendo su solicitud del entremés que esa mañana los acompañaría. Poco después Juanito desfilaba de posición en posición, llevando consigo el emparedado respectivo. Esto era como ver el noticiero por la mañana, ya que sucedía y era parte ya, del día a día.
Cierta vez que Juanito no llego por motivos "X" el gallinero se alboroto de sobremanera, mientras unos se ponían de mal humor, a otros les invadía la desesperacion, ya que la rutina había sido mansillada y el tan solo hecho de ponerse a pensar en una o varias alternativas diferentes a las ya acostumbradas, los alejaba de la linea que diariamente tenían mentalmente trazada .
También era clásico ver a Marcela correr raudamente en dirección a los baños una vez cada hora y media aproximadamente, y a su paso dejar en el aire la expresión, "Me contestan el teléfono porfis".
Se especulaba inicialmente que era parte de una rigurosa dieta, que en base a varios sorbos de agua al día lograrían devolverle la figura que dos años atraz lucia tan cándidamente, pero que luego del segundo embarazo había sido quebrada e invadida por alguna que otra carnosidad inadecuada, que parecía hacerla ver "rellenita". Con el tiempo esta especulación fue perdiendo fuerza ya que traz varias observaciones e indagaciones se descubrió que la ingesta de agua era un poco mas de la convencional, pero que de ningún modo era la que gatillaba sus agitadas carreras hacia el habitáculo elucubracional. En conclusión, sucdia tan solo que fisiologicamente había sido dotada de un estanque demasiado pequeño.
Bueno, los días se asemejaban unos a otros, maso menos en base a este tipo de acontecimientos, que hacían que la rutina fuese demasiada previsible. Es por eso que el observar a través de los cristales hacia que por lo menos, la mente se alimentase de nuevas ideas y pensamientos, algunos mas insensatos que otros, algunos mas pervertidos que otros, y sobre todo algunos pensamientos eran mas profundos que la mayoría de los que la rutina me permitiesen tener.

jueves, 7 de octubre de 2010

El sillon de mierda


Aqui sentado en un sillon de 16 millones de pesos, veo que quiza el mundo no esta tirando para el lado adecuado. Es injusto ver que existen gentes que viven cegados por el lujo y la lujria que el dinero otorga, ya que cruzando la calle mirando a travez de la mampara se ve el pasar de los autos que unos mas apurados que otros intentan llevar a conductores a sus casas y en medio de este infernal ir y venir de luces blancas y rojas, se desplazan en contra del transito uno, y otras veces dos niños, que con pelotas multicolores inventan piruetas, para recibir a cambio miles de imagenes indiferentes a travez de los parabrisas y unas pocas veces cien o doscientos pesos a travez de las ventanas.
No se si el mundo esta enfermo, no se si los enfermos somos los que lo habitamos, es mas no se si sera una enfermedad, tan solo se que este tipo de diferencias muchas veces me desgarran el alma, otras veces me la endurecen, pero la mayoria de veces me enternecen el espiritu y hacen que trate de retomar mi vida de otra manera, a pesar que esto sea solamente por un corto momento.

jueves, 25 de marzo de 2010

CUANDO PASE EL TEMBLOR


Una vez que uno intenta superar o supera esto del síndrome post-terremoto, tsunami , etc, etc. y toma conciencia de la dimensión de lo acontecido, sucede que se encuentra con situaciones varias y diferentes. Desde la vieja que sale con la biblia en la mano y se pone de rodillas en medio de la calzada, implorando al creador que aplaque su ira. Hasta el porfiado y metalizado vecino que en vez de resguardar su integridad y la de su familia, prefiere quedarse dentro de su casa afirmando el televisor de plasma que recientemente adquirió.
Es ahí, que uno realmente dimensiona lo sucedido y toma conciencia de las personas que nos rodean, ya que es muy conocido que en situaciones difíciles, surgen las verdaderas personalidades de los seres, a los cuales consideramos familiares, amigos, vecinos, conocidos, o desconocidos.
Con esto no afirmo que estamos rodeados de seres clínicamente bipolares, tripolares o cuantas polaridades pueda manifestar el ser humano, ya que si uno revisa la literatura, todos en realidad somos bipolares, es mas creo que es correcto decir que las personas que no presentan variedad de estados de animo están clínicamente muertos, ya que uno exterioriza distintos estados de animo y carácter, de acuerdo a las diferentes vivencias por las cuales pasamos. Lo complicado es cuando esto, se convierte o linda con lo patológico.
En fin a lo que iba; particularmente me toco vivir este terremoto, a cargo de una familia. Digo este terremoto ya que en mi haber llevo a plena conciencia 2 terremotos.
El primero en la entrañable Arequipa y esta en los confines del planeta (entiendase Santiago),; comparar una con otra creo que seria ocioso, ya que en esta parte de mi vida comprendo que ocurrencias como esta, son condicionadas por distintos factores (tipo de suelo, grado sismico, frecuencia, tipos de edificación , etc) pero lo particular de este terremoto es que la reacción mía fue distinta.
Recuerdo que la primera vez fue menos traumante, ya que en realidad, lo tome de lo mas relajadito, creo haber estado con resaca, pero nada, fue como un temblorcillo mas.
Pero en cambio esta me tomo por sorpresa 3:30 de la madrugada, adormitaba, de lo mas placidamente, cuando un estruendo lleno todos y cada uno de los espacios; no pensé en nada, fue instintivo, desperté rápidamente a mi esposita y tome en mis brazos al ser mas importante en esta vida, salí corriendo como alma que lleva el viento, y una vez que todo había pasado, recién pude tomar conciencia sobre mi persona, sentí poco a poco, un poco de frio en mis piernas, sentí los pies mojados, sentí temblor en el cuerpo, sentí impotencia en el alma, sentía el aliento de mi hijo y de mi esposa, gire la cabeza para todos lados y sentí que todo había pasado.
Mire a mi hijo que aun adormitado preguntaba que había pasado, mire a mi esposa que aun con el rostro asustado, me preguntaba si todo había terminado, luego mire mi cuerpo y me di cuenta que por ser verano se encontraba casi desnudo, fue entonces que decidí ingresar a la casa y buscar zapatos para todos y pantalón para mi.